miércoles, 2 de julio de 2008

En la copiadora I

Luna. Siempre me gustó ese nombre, me hace soñar, imaginar; desde que era un muchacho me subía a la azotea del edificio y sobre una jaula de tendedero me quedaba las horas mirándola; llena, menguante, nueva (pues buscaba el hueco sin estrellas en el cielo) y creciente y luego llena de nuevo; hasta que los gritos de Pacha me regresaban a la realidad y me regañaba por andarme enfriando. Hoy te conocí, en Luna verdadera, trabajas conmigo en la misma oficina, claro que todavía no me conoces. Llevo una semana y fuiste quien primero atrajo mi atención, principalmente tus hermosos ojos. Naaaa, la verdad me llamaron más la atención tus senos, enormes, morenos, maravillosos.
De inmediato le pregunté a todo mundo sobre ti, bueno, la verdad nomás a Jorge a quien también conocí el primer día. Me dijo que eras Luna y me recomendó que tuviera cuidado contigo, sobre todo si te encontraba a solas en el cuarto de la copiadora.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmmm... suena interesante!!! espero los pròximos posts para saber mas de Luna y el interes que despertò en ti.
Un abrazo.
(que bueno que ya regresaste a escribir!)

Cuatroletras dijo...

Si, conozco esa atracciòn por "los ojos".

Veamos que sigue con Luna, ya me cae mal.