viernes, 30 de enero de 2009

Llanto

Sé que estás enojado, te vistes sin mirarme y yo me siento tan culpable, por muchas cosas, la boca amarga por el vino y el vodka y tus besos y las lágrimas que iban escurriendo hasta mi boca mientras me penetrabas, ajeno a mis ganas de seguir llorando.
Me gustas, eso lo sabes, jamás nos hemos dicho la palabra con "Q" o con "A", nos aterraba sentirlo, y jugábamos a hacernos tontos, abrazas rico.
Pero hoy simplemente no quería estar contigo, pensé en quedarme en la fiesta, seguir ahogando las penas, como se dice, pero tu mensaje me hizo regresar, también quería verte y hablar contigo, pero hablar nada más.
Y tu en la puerta de mi casa, con esas rosas color de rosa, que me encantan y tu carita de niño regañado y yo fingiendo estar más borracha de lo que estaba, y comencé a llorar en tus brazos, mientras lo que quería era mentarte la madre y golpearte por ser tan hijo de puta y por hacerme sentir así de mal, porque te había descubierto, porque para tu mala fortuna conozco a tu esposa y puedo decir que somos amigas.
Y precisamente hoy, que tenía ganas de estar contigo, de consentirte y usar las medias y el corsé que me regalaste, ponerme mis tacones negros que te encantan, le mandas el mismo mensaje a tu esposa que minutos antes me mandaste a mi. "Te deseo... un lindo día", y se supone que ustedes tienen broncas y que estás separado de ella desde octubre y que no te interesa nada con ella, pero la muy cabrona, no sabe que yo sé y me enseñó el mensaje muy ufana. "Mira como lo traigo al pendejo, ya se ha de estar arrepintiendo de haberse ido, igual y hoy sí lo dejo entrar a la casa".
Y yo era la pendeja, por creer nuevamente en un hombre, por creer que tu sí eras lindo, y te preocupabas por mi, y me das flores y poemas y me haces sentir tan mal. Por eso, por los mensajes idénticos, porque eres un hijo de puta igual que todos, ¡mentiroso!
Yo quería hablar, darte la oportunidad de explicar lo inexplicable, pero me volviste a besar y yo seguí fingiendo estar más borracha de lo que estaba y me besabas y no soportaba tus besos y los deseaba al mismo tiempo, así como no soporto el vodka y me tomé tres desarmadores y después el vino tinto y después quería llegar a mi casa y verte y hacerte el amor, olvidar lo que no sabías, y seguir como hasta ahora, pero sí eres lindo hijo de puta y en lugar de hacer el amor estábamos cogiendo como animales y yo llorando y tu con tu sonrisa chueca y cara de preocupación por ese llanto, porque lamías mis lágrimas y me besabas, pero me la seguías metiendo y yo quería vomitar.
Es la última vez que te metías así a mi cama, a mi vida, ya lo había decidido desde hoy en la mañana, al ver ese mensaje idéntico y tener que sonreír frente a la babosa de tu esposa, estuve a punto de mostrarle el mensaje que me habías mandado a mi, reconocería tu número, lo sé. Tal vez lo hizo a propósito y ya sabía lo nuestro.
Te levantas y sigues dándome la espalda, sé que lo intuyes, es la primera vez que apago todas las luces al estar contigo, a pesar de la oscuridad, me miras a través del espejo acostada, con los ojos rojos, hinchados, sorbiendo y quitándome las lágrimas con la mano, tapada hasta el pecho, me incorporo y sujeto mis rodillas, me balanceo, me choca sentirme así.
Volteas y te sientas de nuevo a la orilla de la cama me choca que me veas así, que me acaricies tan bien y que trates de besarme nuevamente ¿qué esperas? Ya cogiste, ya vete, y me sigues acariciando el rostro y enjugas mis lágrimas con tu pulgar y me miras así, y yo cierro los ojos.
No fue necesario hablarlo, sabiamos que no volveriamos a estar juntos, me sentía tan mal, no quería darte importancia y la tenías, hoy en la mañana lo descubrí.
Sigo llorando, pero me prometo a no llorar más.

martes, 27 de enero de 2009

Ucronicrónica I Croniucronía

Nota tomada de "El Heraldo Imperial"
Heroica Ciudad de México S.I. a 23 de enero del año 2009 "Año del Protectorado de Centro América y el Soconusco"


A.I.N.- El día de hoy Su Excelencia Moctezuma III de Habsburgo, Emperador de México y protector de Cuba, Antillas Mayores y Centro América, regresó de su visita de estado a la Unión Americana, al participar en la histórica toma de protesta del primer Presidente Unionista de color.
El clima de incertidumbre política en la Unión Americana y los roces diplomáticos con el gobierno Confederado, hicieron deslucir la ceremonia, pues una amenaza de atentado hizo que la mencionada celebración no se llevara a cabo en la Plaza Lincoln de la Ciudad de Washington D.C. y se realizara a puerta cerrada en el Capitolio.
La ceremonia a pesar de los cambios de última hora, permitió la juramentación del Presidente Unionista Barack Obama Hussein.
El Presidente Obama, recibe un país en crisis, debido a los roces constantes de la administración anterior del Presidente Johnson, con el Presidente Ford de la Confederación Americana, e incluso con el Presidente vitalicio de la República de Texas, George W. Bush, dejando un marco de inseguridad y de posible rompimiento diplomático con dichas naciones, a pesar de la intervención de los Cancilleres mexicanos y europeos.
Esas fueron las impresiones que Su Excelencia, hizo mención a su llegada al Aeropuerto Internacional de la Heroica Ciudad de México Sede Imperial, además de comentar que las relaciones diplomáticas con la Confederación Americana no se han visto afectadas a pesar del apoyo que le han brindado abiertamente a la República de Texas y la descarada venta de armas a grupúsculos armados como los autodenominados “Ejército Juarista de Liberación” y el “Ejército Republicano Porfirista”, el primero localizado al norte de la Provincia de Arizona y el segundo en el Condado de Oaxaca.
Su Ilustrísima también mencionó que el hecho de haber llegado a la presidencia de la Unión Americana un hombre de color, refleja una madurez política y el sueño de Lincoln, al otorgar la igualdad y las mismas garantías a todos los ciudadanos de la Unión.
Por otra parte, Su Majestad planea hacer una nueva visita a finales de este mes, al protectorado de Cuba, a efecto de adecuar los últimos detalles en la firma de un nuevo tratado de amnistía a los rebeldes de la Sierra Maestra, dicha amnistía fue aprobada por el Parlamento en sesión extraordinaria, el pasado domingo y anunciada el día hoy por el Primer Ministro Don Gustavo Carranza, Barón del Valle de Chalco.

¡Larga Vida al Emperador de México y Protector de Cuba, Antillas Mayores y Centro América Moctezuma III de Habsburgo, larga vida a la Emperatriz Isabel de Borbón de Habsburgo!

lunes, 26 de enero de 2009

Sonrisa

Tu sonrisa llena de sonrisas volvía una y otra vez a mi mente, el agua caliente desde la regadera y la emoción de prepararme para ti.
Enjabonado y sonriente tarareo la canción de aquella obra musical que vimos juntos, hago gárgaras, escupo un chorro de agua y sigo tarareando aprovechando la inigualable acústica del baño.
Me afeité la cabeza, y me corté arriba de la oreja, cierro la regadera y recibo las últimas gotas sobre el dedo gordo del pie; tomo una toalla que enredo sobre mi cintura, me miro ante el espejo y saco el pecho, muestro mis bíceps y sonrío, comparo mentalmente mi sonrisa chueca con la tuya. Lavo mis dientes dos veces, me pongo el gel after shave y siento su delicioso aroma y un leve ardor en todo el cráneo y en mi rostro, me arde un poco más en la oreja cortada.
Me visto y escojo unos boxers ajustados, color negro, mis jeans, una playera blanca a lo James Dean y un par de calcetines sin agujeros, echo talco en las botas vaqueras. Me doy una última revisión ante el espejo, sonrío y con palmaditas humedezco mi rostro con loción.
Tomo las llaves del carro y con el corazón desbocado voy a tu encuentro. Paso a un super para comprar una botella de vino, recuerdo que te gusta el tinto y escojo una botella de vino chileno, suspiro y recuerdo nuevamente tu sonrisa llena de sonrisas; me pregunto cómo es posible que sonrías de esa manera, que cada vez que me ves me sonríes de esa forma, entre traviesa y cómplice.
Ya de camino a la caja, agarro un ramo de flores y una caja de condones. La cajera me sonríe y sin querer se le escapa un suspiro, le cierro el ojo y pago.
La noche también es cómplice, mis ganas de amarte, el recuerdo latente de cada una de tus sonrisas y de todos tus gestos, llego a tu casa y veo la luz de tu recámara apagada, con el celular mando un mensaje. “Preciosa, ya llegué, me abres por favor?”. La luz de tu habitación se enciende, te asomas y cierras de nuevo la cortina, recibo un mensaje en mi celular. “spra un poco, todavía no c duerme” suspiro con cierto enfado, son las once de la noche, escucho el cd que me regalaste, con todas las canciones de la obra, respondo con un “Ok cariño, el tinto se toma al tiempo, tienes sacacorchos?” El disco se repite dos veces más.
Ya es la una de la mañana, un poco fastidiado, me pongo un ultimátum. Si en dos canciones más no me abre me voy a mi casa, me siento mareado por el aroma de las flores y de mi propia loción, tengo sed. Recibo otro mensaje “Ya c durmió, no encontré l sakcorchos”, sonrío y mi cansancio y fastidio desaparecen después de leer, miro el reloj y me digo que apenas es la una de la mañana, bajo del carro en silencio, tomo la botella y las flores, cierro con cuidado. Camino hacia la entrada, con el corazón batiente; dejaste la reja abierta, me dirijo a la puerta mientras un perro ladra a lo lejos.
Antes de tocar la puerta abres y colocas tu índice sobre los labios, mientras sonríes con tus ojos de niña traviesa, la seña es innecesaria, jamás he hecho ruido. Te ofrezco las flores y simulas olerlas, te muestro la botella de vino y me acerco para besarte en los labios, me fascina tu sabor.
De puntillas subimos los escalones, nos deslizamos a tu recamara que huele maravillosamente. Encendiste una varita de incienso con aroma a sándalo, mi favorito, también dos velas de canela y manzana; tu gatito negro se esconde debajo de la cama. Coloco el vino en el tocador junto a las copas que tienes preparadas, te tomo por la cintura y te atraigo hacia mi, huelo tu cabello, beso tu cuello y mis labios procuran tu sonrisa, beso tus ojos, tus labios, tus ojos nuevamente, ahogas una risa y pones las flores junto a las copas y la botella.
Susurras a mi oído, ¿cómo abrimos el vino? No importa te digo, mientras te coloco despacio y cuidadosamente sobre tu cama, te dejas llevar, vistes una bata de seda y no me cuesta trabajo el desatar el cordón que la sujeta, hueles a recién bañada, a jabón de hierbas, aspiro tu aroma, me coloco sobre ti sin recargar mi peso, te beso nuevamente y ahora yo susurro a tu oído, No importa el vino, te tengo a ti.
Me dejas besarte, te dejas acariciar y sonríes, me incorporo para contemplarte sobre la cama, hermosa, siempre sonriente, me sorprende ver como sonríes con todo el cuerpo.
Me presumes tu flexibilidad de bailarina, tu cuerpo aún firme y deseable. Me hinco a un lado de la cama y pido que te acerques, colocas tus pies sobre mis hombros, sigues sonriendo, me acerco a tu cuerpo, a tu vientre, yo postrado ante ti, ante el aroma de tu cuerpo, envuelto en la fragancia de tu habitación, el perfume de tu húmedo deseo.
Me saboreo goloso y siento la parte más blanda de tu anatomía, cálida bajo mis labios, paladeo, pruebo, mientras tu sonrisa desaparece para dar paso a un rictus de placer culpable, mi lengua viene lentamente a hundirse en ti, a recorrerte de arriba abajo en esa sensibilidad tuya, sueltas un gemido, y tratas de ahogarme en tu sabor que me encanta. Eres tan dulce, siento tus manos en mi cabeza, acaricias mis orejas y notas la cortada, suspiras mientras sigo deleitándome de ti, besando, saboreando y disfrutando una vez más ese almíbar delicioso, esas caricias y tu cuerpo arqueándose, me descubro añorando entre tus muslos esa sonrisa repleta de miles de sonrisas.

viernes, 9 de enero de 2009

Escapes X

Recorrí, no sé,tal vez unas quince o dieciséis cuadras a pie, sin ponerme a pensar en lo que sucedía a mi alrededor.
Ella nunca había llorado delante de mi, jamás me había implorado como lo hizo hoy.
Me rogó por su vida, porque dejara al bebé en su cuna y no lo arrojara por la ventana como amenacé en hacerlo, lo coloqué en la cama junto a ella, pero saqué el cutter y amenacé nuevamente, ahora con cortarme las venas delante de ella.
Abrazó al bebé y dejó de llorar, como esperando el momento en que cumpliría mi amenaza, pero yo fui más inteligente, la tomé por el cabello y le corté el cuello.
El bebé a punto de ahogarse por la sangre ella, los chillidos y gritos que ya no salían por su boca, si no por su garganta abierta.
Ya caminé otras seis cuadras y ni un maldito policía, y nadie se da cuenta o fingen no notarme, empapado en sangre, llorando y cargando a un bebé que también llora, mientras la sangre se seca en su rostro.