domingo, 13 de julio de 2008

En la copiadora IV

Eclipse. Todo sucedió muy rápido. Sol se abalanzó sobre Luna pasando prácticamente sobre mi cuerpo, sentí el empellón, subí la cremallera al mismo tiempo en que chocaba con un costado de la copiadora.
Luna sobre Sol, Sol sobre Luna y yo pensando que se estaban golpeando por mi.
Tu Luna, te dejaste hacer, aún con los senos enormes al aire, Sol te tomó del cabello, acercó tu rostro al suyo y te besó, su mano no trataba de golpearte, te acariciaba de manera salvaje. El resplandor verdoso de la copiadora, mi cara de estúpido y sus gemidos.
Salí asustado, los compañeros de la oficina muertos de risa me tomaban fotos con sus celulares. Los papeles regados en el piso, cerré el cuarto de copiado de un portazo, rojo como estaba, salí como un cometa cruzando la oficina.
Jorge, con lágrimas en los ojos a causa de la risa me gritó --¡Te lo dije, cuidado con Luna y el cuarto de la fotocopiadora!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

que QUÉ!!!!.....
un final muy fuera de mi imaginación.... pero sorprendente.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Chales, que devaneo de oficina, ¡por eso envejecen y enferman los edificios! (Agarrando por alegoría al Douglas Coupland). Eso de dejar más emociones que disciplina laboral siempre desgasta a nuestro ya trastocado ser. No obstante, siempre será grato elucubrar con los elementos emotivos tradicionales, confabulando un caótico divertimento como el que nos regalaste querido hermano lobo OYOYOOOOOOY. Nos leemos en el blog y en el artimañas (Y siempre y en todo lugar, llenando de chamba los huecos, llenando de emociones las oficinas, llenando de trabajo los centros recreativos, llenando de amor la desolada realidad).
Yo soy otro tu

Cuatroletras dijo...

Muy bien.

Sin palabras.

Ya te extrañaba. Hasta creì que habias muerto.

Ya pa`que le sigo me cerraste la boca y me ataste los dedos.

Felicidades.

ALCATRAZ dijo...

Excelente forma de escribir