sábado, 22 de diciembre de 2012

Visión del apocalípsis V

La economía mundial colapsó en su desesperado intento de mantener un capitalismo salvaje. Los gobiernos de casi todas las naciones comprendieron muy tarde que se encontraban a disposición de los grandes consorcios comerciales, la bancarrota de las naciones era evidente, los rescates bancarios onerosos y pagados por el pueblo. Todos se cansaron, decidieron volver a vivir por y para la tienda de raya. Los esclavos de este Siglo pagamos nuestro propio sustento.

Sonrisas II

Mantengo una sonrisa como mi mejor carta de presentación, no tengo los dientes lindos, tampoco me ha importado mucho, pero siempre es sincera. Esa sonrisa refleja el ser que deseo ser siempre, aquel que no se encuentra atribulado por la cuestión monetaria, ni por tener un trabajo por temporadas. esa sonrisa aparece al ver a mi hijo crecer, el notar que cada día se involucra más en las charlas, me cuestiona más, observa más.
Esta sonrisa lamentablemente no puede ser permanente. Me estruja el corazón cuando no puedo dejarla salir.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Volar con alas de Hada

A mi me sucedió al revés, en lugar de dejar de creer en las hadas conforme crecía, cada día creía más en ellas, en sus presencias tenues e invisibles.

Sabía que revoloteaban constantemente a mi alrededor, que dormían sobre mi almohada y despertaban con el primer rayo de sol que cruzaba mi ventana, creí tan fervientemente en ellas que un día, cuando ya lo había perdido todo, aparecieron.

En el 99 perdí todo, mi dinero, mi esposa, a mis hijos y los deseos de vivir. Caí en una terrible depresión la cual me arrojó de lleno al alcohol. Nadie podría decir que el mugroso vago teporocho en el cual me había convertido, había sido el respetable Contador Castañeda.

Pasé así mucho tiempo, dejé de contar los días y me perdía dormido, borracho y despierto meses enteros. Aunque siempre acompañado de mis Hadas, las cuales no me tenían asco o desprecio, solamente aleteaban entre mi barba crecida y sucia, me acompañaban cada vez que bebía de una botella y escuchaba sus risitas traviesas.

Un día sucedió que se dejaron ver. así nomás, con sus cuerpecitos transparentes, distintos a los de las hadas de caricatura, unas eran altas como árboles, otras pequeñitas como una motita de polvo. Ahí estaba yo, delante de tantas Hadas, con tantas formas y cabezas de mujer y de ciervos y de conejos y cuerpos de colibríes, de ratones y de princesas. Pensé que me había vuelto loco finalmente, pero no fue así, me hicieron que las siguiera hasta un callejón, y ahí, en medio de los botes de basura había una hendidura no más gruesa que la palma de mi mano, pero pude entrar sin problemas.

En esa entrada al reino de las Hadas todo era una cálida luz amarilla, mis ropas comenzaron a caer poco a poco y otras llenas de joyas comenzaron a aparecer sobre mi cuerpo, las hadas bailaban en formas de animales, de mujeres, de flores. La música era tan bella que me arrancaba lágrimas y después de mucho tiempo, volví a sentirme sobrio.

Titania, la Reina de las Hadas me hizo sentarme a su lado, mientras veíamos bailar a las demás hadas, comencé a rozarle la pierna con mis manos que habían dejado de estar sucias y callosas, ella sin mayor ceremonia, volteó y me besó de una manera mágica, me devolvió con ese dulce beso mi virilidad perdida, comencé a disfrutar más y más de esa música maravillosa, sujeté a Titania de las muñecas y comencé a hacerle el amor, con mi renovado brío, ella se dejó hacer y después vino otra hada y después otra más.

No dejaba de acariciar, de besar, de sentir como nunca antes lo había hecho. Una vez saciado, me regalaron oro y joyas, pero lo que en verdad deseaba era jamás abandonar ese lugar maravilloso, jamás dejar de escuchar esa música, no volver a sentir otra luz que no fuera la emanada por el brillo de tantas hadas juntas. Sin embargo al momento en que todas las hadas dieron la decimotercera vuelta al trono de Titania, salí despedido por una extraña fuerza hacia ese apestoso callejón.

Me sacudí la ropa y me di cuenta que era la ropa que me regalaron las hadas, además me habían puesto un par de alas transparentes, caminé hacia la avenida y me percaté que nadie me veía, era yo joven de nuevo, lleno de vigor, podía volar y poco a poco comencé a olvidar quién había sido. Nací nuevamente, por un capricho infantil y obstinado de jamás dejar de creer en las hadas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Relámpagos amatorios X

Conocí el sexo de manera accidental, inocente, sin mayores explicaciones, las cuales no tuve hasta la secundaria. Para nosotros era un juego divertido y también prohibido.

Jugábamos a "la casita" y "al Doctor", nos hacíamos cosquillas hasta desfallecer y dormíamos, a escondidas, en la misma cama. Rozamos y descubrimos juntos nuestros cuerpos, platicábamos sobre Parchis, Katy la oruga y el Atari, pero también de los juegos que jugaríamos el día de mañana.

Recuerdo esas primeras erecciones, quedando mi miembro como un pequeño guerrero listo a enfrentar dragones, también recuerdo esas primeras humedades que te recorrían la entrepierna cuando jugábamos al bote pateado y decidíamos escondernos juntos sin ganas de que nos encontraran.

Hoy mi mente trata de viajar y recordar si en alguna de esas tardes, mientras veíamos al Tío Gamboín en el cinco, fui yo o fuiste tu quien se robó ese primer beso, un beso de primos, un beso de iguales.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Plan B por si no se acaba el mundo

En los últimos meses nos hemos estado preparando, mi pareja y yo, para lo que a todas luces será el fin del mundo. Confiamos en la certeza de los medios de comunicación, en todas las entrevistas a conocedores, místicos, chamanes y estudiosos de los fenómenos paranormales, en la palabra de científicos que han desmenuzado las razones y motivos del calentamiento global y el cambio de frecuencia a 18 Mhz.
Contamos con una excelente despensa con lo más necesario por si se colapsa el mundo, al menos tenemos la firme esperanza de ser unos de los pocos sobrevivientes.
No es ser paranóicos ni nada por el estilo, pero ya tomamos un par de cursos de primeros auxilios, de defensa personal y compramos un manual de supervivencia que te explica paso a paso cómo purificar agua y colocar trampas de caza.
Ahora nuestro departamento parece una bodega, en medio de cajas de alimentos enlatados, garrafones de agua, kits de medicamentos, municiones, una pila enorme de libros de diversos temas, sodokus y revistas de pasatiempos, hemos decidido atrincherarnos hasta que todo haya pasado.
Los vecinos nos ven como si estuviéramos locos, desde hace meses comenzamos a utilizar ropa en tonos café y verde, una que otra con estampado de camuflaje, ya no recibimos visitas y hemos dejado de hablar con todo el mundo.
Curiosamente hoy, venía empujando un pequeño generador de luz cuando el señor que vive en el departamento número tres me comenzó a preguntar si se trataba de un asador. En un principio no quise responder pero el señor del tres siempre ha sido muy amable, así que le comenté que se trataba de un generador a diesel. Sin extrañarse demasiado continuó su plática, diciéndome que le parecía un poco extraño que ya no habláramos con  nadie y que cada día nos enclaustráramos más. Le respondí que ya no era tan importante el relacionarnos,  que finalmente nos estábamos preparando para lo inevitable. El señor del tres muy amablemente me sonrió y me dijo que él había sobrevivido a cinco cataclismos, en 1968, en 1971, en 1984, 1985 y 2000 y que este 2012 también sobreviviría; el ser humano, continuó, tiene esa capacidad y que siempre te enteras en las distintas formas en que el mundo se ha acabado hasta que la Historia te lo hace ver.
Me quedé de una pieza, me puse a pensar en todo el dinero que ya habíamos gastado, en el dinero que habíamos cargado a la tarjeta de crédito la cual estaba un poco más que sobregirada y que a mi ni siquiera me gustan los duraznos en almíbar, de los cuales teníamos cinco cajas en la alacena.
Llegué a nuestro departamento, observé la gran cantidad de cajas, la ropa ordenada, los dos rifles, la jaula con los conejos, y me di cuenta que desde hace más de tres meses no había manera de que el sol entrara por ninguna de las ventanas, las cuales estaban tapadas por cajas y cajas de cosas. Antes de que llegara mi pareja comencé a quitar las cajas de las ventanas, el sol comenzó a inundar con su luz la estancia, las recámaras, caí en cuenta que llevamos meses en la oscuridad y que era momento de armar un plan B, al final de cuentas acabo de comprender que es más difícil prepararse para vivir que para sobrevivir.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Sonrisa I

Me mueven las sonrisas, las enmarcadas por gruesos labios, las que deslumbran y son genuinas y por lo tanto más bellas que las nacaradas de cartón. Me mueven las sonrisas dulces, aquellas que puedes guardar en tu memoria durante años; también me mueven las medias sonrisas que resuman lujuria y pasión, las que se forman justamente después del orgasmo, las que además se acompañan por lágrimas llenas de emoción. Me mueven las sonrisas y hoy, la tuya, me ha hecho volar.