Blog con narraciones y relatos cortos. Busco descubrir la manera de comprender mi vida a partir de las palabras compartiendo el placer de leer, de vivir, de SER.
lunes, 31 de marzo de 2008
El Trovador Final
martes, 25 de marzo de 2008
El Trovador IV
lunes, 10 de marzo de 2008
El Trovador III
Suspira sonoramente, regresa a su mente esa maravillosa noche y justifica el mal carácter de Antonio durante la cena, después de todo el mesero en verdad era un estúpido, por llevarles la sopa fría, por más explicaciones que el imbécil gato ese, les diera sobre el gazpacho. Le encantaba cuando Antonio se ponía así, le daba un poco de miedo, es cierto, pero también la emocionaba el pensar de lo que él sería capaz de hacer por ella, defenderla, protegerla como león, en su mente regresaban los gritos y se divertía de recordar la cara del mesero, tartamudeando que el gaz el gaz, el gazpacho se sir, se sirve, así así se, se señor. la sonrisa maliciosa ilumina aún más su rostro angelical.
Felipe, trata de coincidir con la muchacha los siguientes días, hoy martes al fin lo consigue, la mira y trata de tocarla con la yema callosa de sus dedos, se reprime la admira y vuelve a bajar del micro. Se golpéa la frente, se dice que es un cobarde.
miércoles, 5 de marzo de 2008
FRANQUEZA
-¿Por qué mi abuelo se quita los dientes para dormir?-
-¿Por qué mi abuela huele igual que el closet?
-¿Dónde está el pene de mi hermanita?
Aún agradezco no haber perdido nunca mi capacidad de asombro, pero es justo reconocer que con toda franqueza que me ha metido en muchos líos.
Siendo niño, pasó algo que me generó mucho más preguntas de las acostumbradas. Preguntas que en verdad dudo si algún día conoceré las respuestas:
Mamá y papá doblaban la ropa que salía de la secadora y mamá con asombro observaba que la secadora era terrible para sus medias ya que las agrandaba y aguadaba de forma incomprensible.
Qué curioso, éste es el tercer par de pantimedias que la secadora estropea. Lo más raro es que sólo daña las caladas. Y que se encojan es entendible, pero que se agranden-…
En ocasiones encontrar una respuesta genera más dudas. Esa costumbre atrabancada de abrir las puertas a empujones me despejó una duda y me activó otras preguntas:
-¿Por qué estás disfrazado de mi mamá?-
-Este… es que estaba investigando por qué se deforman las medias de tu mamá.-
-Y por qué te maquillaste para probarte las medias?-
-No es maquillaje, es que me comí una paleta de cereza.-
-¿Y quién te pegó en los ojos para que los tuvieras morados de arribita?
-¿Ya hiciste tu tarea?-
Y en otras ocasiones, una pregunta puede acabar con las conversaciones.
Los siguientes días, mis preguntas eran totalmente dirigidas a mamá:
¿Por qué estás llorando?-
-Es que mami descubrió que papi tiene un problemita-
-¿El problema de papi es que no cabe en tus medias?-
De a partir de ahí, papá dejó de llegar a la casa a dormir. Mamá se volvió un poco más temperamental. Las visitas de papá eran esporádicas, nos llevaba al parque o a algún lugar fuera de casa. Mamá apenas y lo volteaba a ver.
Después de unos cuantos meses, papá y mamá decidieron hablar conmigo y mi hermanita.
Papá dijo que él vivía en casa del tío Roberto. Aquél que no conocíamos hasta que un día empezó a acompañar a papá a llevarnos al parque.
Mamá se empeñaba en decirle:
-No los confundas, no es su tío. Diles la verdad.-
Papá molesto y acorralado contestó:
-La verdad es que quiero ser feliz, la verdad es que nunca tuve el valor para serlo y la verdad es que ahora me quiero dar esa oportunidad.-
A lo que inevitablemente pregunte:
-¿Y la verdad, verdad… es que eres joto?
A lo largo de la infancia, mis inevitables preguntas siempre me metieron en problemas pero en esta ocasión acabaron con la tensión de meses y meses de ocultar secretos. Las risas de mis padres no se hicieron esperar y les ayudaron a hacer más llevadero este momento. La franqueza característica de los niños en ocasiones puede enseñarle a los adultos que la vida no merece verse con tantas complicaciones.