martes, 15 de enero de 2008

La Margarita Indolente II

Sé que estoy en buenas manos, pues él es muy cuidadoso y tierno, pasó la cuerda de algodón por las argollas, y por los barrotes de latón, me sentía un poco incómoda y vulnerable, traté de moverme, pero me fué imposible, tal vez él se dió cuenta de la angustia que mis ojos reflejaban y sonrió de una manera maligna y me besó con mayor fuerza, comencé a sudar frío, pero me fui tranquilizando al mirar hacia mi derecha, él había colocado el espejo de pié a un lado de la cama y podía ver perfectamente tanto mi posición, como la de él, era como ver una pelicula en tamaño real, eso me tranquilizó y respiré aliviada mientras sus manos seguían recorriendo mis muslos y deteniéndose en mi piel.
Suspiré, él me preguntó si sabía cómo se llamaba este juego, con su voz grave y tierna; lo miré desconcertada y respondió entre sonrisas --lo que estamos a punto de jugar se llama "La Margarita Indolente"--, me reí como histérica y en realidad ya lo estaba, traté de guardar la compostura mientras él sacaba una serie de juguetes de nuestro estuche de viaje, el calor me volvió a invadir, no me podía mover un solo centímetro, miraba atenta hacia el espejo, con ganas de averiguar todo lo que me haría.
Colocó sobre mi sexo unas gotas de un bálsamo tántrico, el cual me hacía temblar de excitación pues era una sensación cálida deliciosa; acercó su lengua experta a unos cuantos milímetros de mi, anticipé que comenzaría a lamer el bálsamo de un momento a otro, pero leyendo mis pensamientos se apartó sonriendo. --Mi querida, existen más formas de deshojar una margarita.

2 comentarios:

Venus dijo...

Mi querido Lobo, esta historia promete.

¿Me lo harías a mi? ¿En realidad?

Tu sólo dí cuando y donde.

Cuatroletras dijo...

La primera vez que pedí una fantasía y se me cumplió, sentí ese temor y nerviosismo, la incertidumbre de ver hacia donde llegaría todo. Me pregunté más de una vez si hacia lo correcto.

Me gusta… sólo un escritor puede trasladar esa voz femenina en letras.

Y lo mejor del juego es la paciencia y el deseo.

Me encanta.