miércoles, 23 de enero de 2008

Consejo

Ayer, mi querida Elena, seguí tu consejo. Me dejé llevar por las Musas, les permití seducirme, jugar con mi mente y mi corazón, las escuché cuidadosamente, cada una de ellas murmuró tu nombre a mi oído.
Me fueron inspirando hasta alcanzar la modulación perfecta de un suspiro, me llevaron de la mano para escribir y al momento de escribir recordarte y al momento de recordarte, añorar tu rostro y nuevamente tu cálida voz.
¿Sabes lo aterrado que estoy? Y dieron las dos de la mañana y seguía, sigo pensándote, ensoñándome con tu sonrisa, tus manos mágicas y sanadoras, tu consejo de dejarme llevar por las Musas.
¿En serio somos turbulencias?
Escucho a Billy Harper tocar el sax en una bella interpretación de "Blue Moon", y me asomo a la ventana, y ahí está, la luna que desde hace mucho tiempo dejó de ser mía y que ahora contempla esta nueva historia de amor, me devuelve un brillo no azul, si no plateado y quiero aullar, ahora de contento y agradecer a la vida el regalo tan maravilloso que me ha dado, y en ese regalo estás tu.
Tres semanas son pocas, ni modo, y sin embargo, siento conocerte de toda la vida.

6 comentarios:

Venus dijo...

wow.
me has dejado sin palabras

Mafalda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
A. dijo...

HOla Juan... muchas gracias por caerle a mi blog, nos estamos leyendo

Kix dijo...

Requetereconrta WOooooowwwwwww!!!!


Ayyy me da harto gusto, verdá de dios...

Nube Gorda dijo...

Ay, ay, ay...¡¡ he de buscarme un hombre así, con el sentimiento a flor de piel, wooww... me emocionó tu relato.

bsuchitos

Cuatroletras dijo...

El remolino del amor mueve mucho, hace mucho, te hace escribir, recordar, soñar y cuando ves la luna tiene algo diferente, los suspiros salen de algún lugar pero con un destino.

Un abrazo