domingo, 20 de abril de 2008

Miedos III

Ya no tengo sueño y ni así deseo dejar la cama, ¿a qué me levanto?, ¿para qué?
Llevo más de un mes así, no recuerdo la última vez que me bañé y mucho menos cuándo me miré al espejo. Siento como se endurecen las lagañas, el sabor amargo en mi boca, las ganas de quedarme así para siempre.
Alguien arroja mis cobijas al suelo, abre la ventana permitiendo circular aire fresco y luz, me coloca debajo de la regadera así, con mi pijama encostrada y abre la llave del agua, comienzo a temblar, el agua es fría; se desprenden las lagañas de mi rostro, el agua se entibia y el vapor va llenando el baño. A ese Alguien no le gusta verme así, me arranca las ropas empapadas y me coloca shampoo, me enjabona y una vez anjuagado el cabello me arroja una toalla limpia (pensé que ya no había de esas en mi departamento), me mira y le agradezco mientras cepillo mis dientes y esa amargura desaparece; al final de cuentas es ella por la única que vale la pena vivir. Le sonrío agradecida, esperando no volver a decepcionar a mi reflejo en el espejo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo es cuestión de amor propio... (miedo? .... )

Cuatroletras dijo...

La depresiòn es algo tan personal y ùnico, cada quièn la vive a su manera y forma.

¿Cual es el botòn que te hace deprimirte?

¿Cual el que te hace continuar?

ALCATRAZ dijo...

Dios, jamás habia encontrado a nadie que describiera de manera tan precisa a nuestra amiga inseparable llamada Depresión.