Los cuerpos temblorosos; humo y gritos, detonaciones. La trinchera anegada y fétida, las órdenes de un último ataque frontal y el cruce de la tierra de nadie para tomar el siguiente parapeto a filo de bayoneta.
Un soldado británico deja caer un pequeño cascanueces con forma de soldado al escalar la pared inerior de la trinchera. Un ejército de ratas negras devora el pequeño juguete de madera. Un postrero estallido cierra el telón.
1 comentario:
¡Colega!, intenso este relato, esa habilidad de decir mucho en pocas líneas. Felicidades.
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