Simplemente al sentir su aliento sobre mi, la respiración se aceleró, comencé a sudar y a implorar que me poseyera, que dejara esa tortura. Él sonreía, no dejó de hacerlo durante todo el tiempo. Escuché un zumbido familiar, y me estremecí; del sonido siguieron unas suaves caricias sobre mi monte de venus, mis labios se separaban silenciosos y mi lengua cruzaba lentamente sobre mi boca, el bálsamo tántrico permitia que ese calor aumentara, que la visión de mi cuerpo vulnerable ante mi amante y ante el espejo me arrebatara el aliento.
Sus dedos comenzaron a explorar, aquella lengua subía y bajaba por el empeine de mi pie derecho, comencé a lanzar mordidas y un grito escapó de mi garganta al sentir como finalmente deslizaba el dildo dentro de mí.
seguía sonriendo, y sus dedos jugaban con mi clítoris hinchado, que brillaba por la cristalina transparencia.
Traté de moverme inutilmente, la primera explosión de la noche se desbordó por mi sexo, derramando mi almibar por entre las piernas, comenzó a lamer mis muslos externa e internamente, continuó por mis rodillas y mis antebrazos, me dijo -¿me quiere o no me quiere? Conteniendo aún el gusto aéreo del orgasmo le contesté -¿me preguntas a mí? ¿o es que ya comenzaste a deshojarme?
-Ambas cosas mi Ama, ambas cosas.
Sus dedos comenzaron a explorar, aquella lengua subía y bajaba por el empeine de mi pie derecho, comencé a lanzar mordidas y un grito escapó de mi garganta al sentir como finalmente deslizaba el dildo dentro de mí.
seguía sonriendo, y sus dedos jugaban con mi clítoris hinchado, que brillaba por la cristalina transparencia.
Traté de moverme inutilmente, la primera explosión de la noche se desbordó por mi sexo, derramando mi almibar por entre las piernas, comenzó a lamer mis muslos externa e internamente, continuó por mis rodillas y mis antebrazos, me dijo -¿me quiere o no me quiere? Conteniendo aún el gusto aéreo del orgasmo le contesté -¿me preguntas a mí? ¿o es que ya comenzaste a deshojarme?
-Ambas cosas mi Ama, ambas cosas.