Don Gerardo al ver pasar a su vecina Asunción, inclina varias veces la cabeza cana y hace el ademán de tocarse la boina con la punta reseca de sus dedos manchados por el humo de miles de cigarrillos.
Camina despacio, cansado de si mismo.
Antes de ascender los dos pisos, escupe a propósito junto a la maceta del corredor como todos los días, en un gesto de rebeldía. Antes orinaba en ese mismo sitio, leía a Bukowski mientras bajaba su bragueta y orinaba torturado por la uretritis; unas cuantas gotas densas y dolorosas de ámbar rancio junto a la maceta; hasta que un buen día Pedro el del seis lo sorprendió y amenazó con denunciarlo con el casero;
-- ¡guarrazo, fracasado, vejete gilipollas! Esa palabra, fracasado, retumbaba aún en su mente.
--¡Coño! Se repetía Gerardo, -- no entiendes chaval, esto, lo que hago es poesía.
-- Coma mierda anciano. Se largó Pedro y subió los seis pisos de dos en dos escalones.
Gerardo volvió a escupir y estuvo tentado a orinar nuevamente, pero desistió, ese día no llevaba a Bokowski con él.
Subió resentido los dos pisos, abrió su departamento y el olor a moho, papel, humo y alcohol lo golpearon en el rostro y en el alma; cerró la puerta de madera con un chirriar de goznes. Arrojó el libro amarillento sobre la mesa invadida de más libros, platos sucios, colillas y botellas vacías. El aroma viciado y el altero de platos sucios mezclado con mugre y libros, muchos libros.
En la pared resguardado en un marco desportillado y el vidrio roto, un recorte amarillento, más que los dientes del viejo, mostraba a un joven Rey Juan Carlos estrechando la mano a un no menos joven Gerardo, recibiendo un galardón por su poemario "Jardín y huelga"; el encabezado resaltaba en sus oscuras letras de molde "Nueva promesa de la poesía española". Al lado de ese marco, había dos más. Uno roto por la mitad que contenía los restos mutilados de un viejo cartel de teatro, Gerardo nuevamente como promesa, esta vez en una puesta en escena de "Bodas de Sangre" de Federico García Lorca. El otro recorte estaba demasiado amarillo, demasiado expuesto a la luz y a las lágrimas, a las cagarrutas de mosca y al paso del tiempo. A duras penas se leía "Celebran su unión María del Pilar Abarzua y Gerardo Mancera y Nabasal" un pequeño recorte, las imágenes completamente difuminadas.
Gerardo se pregunta ¿qué sucedió?, ¿qué coños pasó?
se deja caer en el sillón que en partes deja escapar resortes y borra. Libros, muchos libros tirados, acomodados dejados al azar en cuanto espacio o superficie existen en el macilento departamento, todo combinado con el olor a orín.
Gerardo se reincorpora y toma la botella de ron, la destapa y vacía de un solo trago el contenido, con plena intención de ahogarse, desesperado. Toma nuevamente el libro que llevó a la miscelánea, era un ejemplar de su poemario, dentro del libro sacó una navaja de afeitar que le servía de separador.
La acercó a su muñeca izquierda, llena de cicatrices rectas, hundió el metal en la carne y un hilo rojo cayó en el poemario tirado en el suelo.
11 comentarios:
Wow tío el cuento está padre. Me quedé muy sorprendido. Buscare la canción y la oiré, debe de estar buena. Bueno tío muy bonito trabajo el que hizo usted. Saludos
Que tristeza... ver glorias pasadas solo quedan en marcos viejos y desvencijados, que una vida termine sola en medio de lo que quizá alguna vez le apasionó. Deseos de partir y no ver el momento en que suceda. ¿Cuantos como él han terminado y cuantos más llevarán el mismo destino? Terminar solos...
Qué fuerte, nuestros demonios a veces vencen las batallas. Increíblemente bien contado. Te admiro un chingo y no puedo esperar a que te avientes los pisos restantes.
Abrazo.
Hoola! perdón por haber desaparecido un rato... pero entre el servicio, la tesis, SOGEM y varias cosillas que se han presentado no habia podido contestarte... gracias por tus comentarios... espero que sigas visitando mi blog! claro!!! me encantaría que trabajaramos en linea... tu sólo dime cuando... bueno feliz Lobo... estamos en contacto... que el viento bajo las alas os lleve allá donde el sol navega y la luna camina... saludos desde el estado de méxico hacia algun rincón del planeta... Brenda!
Ese Lobo y sus aullidos!
Llegaste al blog que le tenía a mis alumnos en un curso pasado, lo dejé ahí como mera referencia, pero te invito a este, que sí está activo: lanuevacueva.blogspot.com
Abrazo defectuoso!
M.
el 7 es un numero cabalistico, supongo que este comentario es hueco ante los maravillosos que me anteceden hace tiempo mi sobrina de 4años me ha preguntado que es el dolor y yo solo pude rematar contra una muñeca de plástico para que me entendiera :S
pd: siempre vengo a leerte pero creo que hasta ahora me he animado a dejarte algo, no sabia primero en que blog entrar, hurge en los demás pero al ver el titulo de este creo queme quedé atrapada con el relato.
la gente que se dedica al arte suele ser demasiado intensa esto me pareció una genial crónica sobre la desolación.
Un día me preguntaron como me gustaría que fuera mi vejez; y contesté: Sóla, rodeada de libros y fotografias, en una mecedora en vez de tejer estaria leyendo El Quijote completo.
No es mala la soledad, lo es cuando estas vacío.
Y me gustan los separadores menos peligrosos.
Espero esos pisos.
Un abrazo
No sé si le temo a la soledad o simplemente no me agrada cuando llega sin que yo la busque. ¿Cómo terminaré mis días? No lo sé, pero si pudiera elegir sería acompañada por un par de canes y de la mano de un gran platicador lleno de anécdotas de una vida en común.
Triste el destino de un solitario al que le hieren los recuerdos.
Un beso.
la soledad, tema de dilema humano, muy logrado el cuento.
recordar nunca es vivir en el pasado, saludos
La desolación de quien escribe algo (o realiza cualquier actividad) como el niño que junta estampitas en un álbum para que un día el tender se lo cambie por un obsequio que se empolvará. Acumular cosas (o recuerdos) por el mero hecho de acumular es una terrible torpeza del humano. Hacer y aprender en el proceso. Ser y compartir en la vida. Esas pueden ser mejores opciones. Así no seremos efímeros, ni torpes remedos de algún pasado "glorioso"
Muy bien contado hermano Lobo!
Depende... todo depende, dice Jarabe de palo. Siempre habrà màs de una forma de mirar el pasado, de mirar a la soledad, de vivir el presente. Excelente historia, me atrapò. Besos.
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