Ya casi es hora y tu estómago comienza a doler, casi llega de trabajar.
No te duele porque sea violento, al contrario, sólo tiene atenciones para ti, te adora porque eres lo mejor que pudo haber pasado en su vida. Eres bella, inteligente, guapa, de buena familia y él un cabrón feo, panzón, pero te sacó "de blanco", y te asegurará un futuro con muchas comodidades y un apellido que suena muy bien cuando pones tu nombre seguido por el "de Sutano".
Miras la enorme foto de la boda que cuelga en el pasillo que da a la sala. Estás radiente lo eclipsas, "la Bella y ... su marido" de él, cualquiera diría "pinche Naco", mientras que de ti y lo sabes, te han dicho que pareces salida de una revista, que te veías hermosa. Nada mal para tu enorme Ego.
Ya casi llega y el dolor de estómago sube a la cabeza, simplemente no soportas que te toque, que se acerque, pero tienes que cumplir con tus deberes conyugales.
No soportas su cuerpo fofo sudando a mares sobre ti, sus manos húmedas velludas, pegajosas y frías sobre tu cuerpo. Lo haces bañarse hasta dos veces y le ordenas que se talle sus "plieguecitos". Además el asco que te producen sus besos y la maldita relación que no dura más de tres minutos. A pesar de que cierras los ojos y recuerdas a todos tus novios, la insatisfacción
aumenta el dolor de cabeza.
Llegó, lo recibes con una sonrisa hipócrita, sintiendo que la cabeza te estalla.
No te duele porque sea violento, al contrario, sólo tiene atenciones para ti, te adora porque eres lo mejor que pudo haber pasado en su vida. Eres bella, inteligente, guapa, de buena familia y él un cabrón feo, panzón, pero te sacó "de blanco", y te asegurará un futuro con muchas comodidades y un apellido que suena muy bien cuando pones tu nombre seguido por el "de Sutano".
Miras la enorme foto de la boda que cuelga en el pasillo que da a la sala. Estás radiente lo eclipsas, "la Bella y ... su marido" de él, cualquiera diría "pinche Naco", mientras que de ti y lo sabes, te han dicho que pareces salida de una revista, que te veías hermosa. Nada mal para tu enorme Ego.
Ya casi llega y el dolor de estómago sube a la cabeza, simplemente no soportas que te toque, que se acerque, pero tienes que cumplir con tus deberes conyugales.
No soportas su cuerpo fofo sudando a mares sobre ti, sus manos húmedas velludas, pegajosas y frías sobre tu cuerpo. Lo haces bañarse hasta dos veces y le ordenas que se talle sus "plieguecitos". Además el asco que te producen sus besos y la maldita relación que no dura más de tres minutos. A pesar de que cierras los ojos y recuerdas a todos tus novios, la insatisfacción
aumenta el dolor de cabeza.
Llegó, lo recibes con una sonrisa hipócrita, sintiendo que la cabeza te estalla.
3 comentarios:
El asco de la garganta sólo llega hasta la conciencia.
El matrimonio se convierte en la caja de Pandora de todas las secreciones.
Y piensen en TOOODAS las secreciones posibles.
Muy bueno.
PD. ¡No me gustan las babas!
Wuacala, de verdad yo no soportaría vivir así....
increible, logras describir a la perfeccion un sentimiento que no tiene forma de ocultarse, me vinieron a la mente niulka y juanico osolio, la mendez y pedro torres, juanga y la chio (jajajajajajajaja)
JAJAJAJAJJA
Felicidades carnalito, sigue escribiendo.
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