miércoles, 30 de julio de 2008

Novelas III

Mi amado Felipe:
Grasias por todos los momentos felises que me distes al estar contigo me
voi porque no deceo tener problemas con tu mujer ni con nadien mas te amo
me hicistes mujer y nunca te podre voy a olvidar
espero me entiendas pos no deseo nada mal para ti que as sido tan bueno comigo
te amo no podre vivir sin ti
regreso con mi familia pero te yevo comigo y en nuestro ijo de nosotros que estoy esperando

te amo con todo mi corason

te amare siempre Carola.

jueves, 24 de julio de 2008

Novelas II

--¿Bueno?

--Hola Angie, chula, ¿cómo estas?, bien gracias, oye, déjame platicarte lo que me pasó anoche. Soñé con...

-- Ah, hola Ana, ¿cómo es...

-- Te digo que soñé con ese muchacho, bueno, ni tan muchacho, ese el de la telenovela "Lujuria de pacados"...

-- Ah, el papucho de Juan Francisco...

--No, no, con el buenote de Juan Francisco no, con el malo...

--¡No!

--¡Sí!, sí, sí, ese maldito de Andrés Arturo Montelobos, ese maldito, pero conmigo se pasaba de bueno, ya ves que tiene muchísimo dinero, y ¿qué crees? Me llevaba a la finca de su padre...

--¿Su verdadero padre?

--No bruta, la de Don Osvaldo Montelobos, el que quedó tullido cuando Andrés Arturo quemó la troje y Don Osvaldo Montelobos sacó a los hijos de Florinda del incendio para que no se achicharraran. Pero bueno, te digo que me llevaba a la finca, cerca del arroyo y ahí mismo me seducía como a la Adela Sofía en el capítulo en que la secuestró para que la creyeran muerta y así su sobrino Luis Alberto Montelobos heredaría la fortuna de la familia Montelobos y Padierna; pero a mí sí me cumplía el condenado, no te imaginas, sentí todito, su barba canosa en mi cuello, sus labios carnosos y hasta el diente de oro y el parche los sentí, ¡verdad de Dios!, es más cuando desperté todavía me sentía, ya sabes, acalorada, pero bueno ya sabes, mí Felipe lo notó y hasta dos mañaneros nos echamos. ¡Chin!, hablando de, mí Felipe ya no tarda en llegar y yo no he hecho nada del quehacer; Carola me quedó mal y no llega desde el lunes. Se me hace que se ha de haber ido a su pueblo, en fin ¿tu no conoces a alguna muchacha que quiera trabajar? Pero eso sí que sea bien hecha, pinche Carola nomás deja todo escondido o de plano nomás no hace nada, pero nomás llega mí Felipe y hasta de cenar le hace, ¡pinches gatas! Bueno amiga, te dejo, al rato te hablo para seguirte contando…

--Ándale, cuéntame no seas mala y quiero los detalles, fíjate que Rodrigo ha andado muy estresado en la oficina y nomás no hemos podido hacer el am…

--Sí sí, te cuento, pero ya ni me insistas que te cuente ahorita, porque de plano no puedo, ya es tardísimo. Por supuesto que te diré los detalles MMMMMM, claro. Por cierto, no se te olvide que el sábado es el cumple de Annie y quiere que tus hijos vengan a partir el pastel. Los espero, ciao amiga, cuídate y al ratito te marco o mejor me marcas.

--Okey Anita, Bye

—Adios Amiga. “Pinche Angie, como habla la cabrona. Ahora me tengo que apurar porque no tarda en llegar el huevón este”.

Ana prepara una sopa rammen y deja en el fregadero unas chuletas ahumadas a descongelar. Se sienta nuevamente frente al televisor de la sala para ver el resumen de “Lujuria de pecados”. La sopa rammen se consume sobre la estufa hasta quemarse.

miércoles, 23 de julio de 2008

Novelas

"Una misma se complica la vida, si fuera por mi, me habría quedado soltera; mírame ahora debajo de un patán, ¿por qué fui tan pendeja? Debí haberme rebelado como Cinthya. Ni modo, acepté y ahora me chingo. Ojalá este cabrón acabe rápido como sie... ¡Ah, ya está!
Pobre idiota, bufando como toro, más bien como buey. Bueno ahorita batió récord, duró más tiempo que los comerciales y ya no me dejó escuchar con sus pujidos lo que le dijo la malvada de Adela Sofía al buenote de Juan Francisco, ni modo"
--¿te gustó mi cielo? uff, me ¡ahora sí quedaste agusto!
"Me choca que además de hacerlo mal se crea que me deja satisfecha ¡pobre pendejo! Va mi sonrisa y suspiro de satisfacción, rápido, para que este idiota se duerma y me deje ver el final del capítulo".
--Como siempre mi tigre, me dejaste como siempre.
"Este cabrón secándose el sudor, como si hubiese hecho la gran obra, cabrona sonrisa en su cara, ¡lo odio!, finalmente ya se volteó, ¡no puede ser, ya está roncando el angelito!"

Suspira aliviada, se incorpora tanteando sobre el buró y toma dos kleenex, se seca y atenta sigue los diálogos de "Lujuria de pecados". Ana deja de pensar.


domingo, 13 de julio de 2008

En la copiadora IV

Eclipse. Todo sucedió muy rápido. Sol se abalanzó sobre Luna pasando prácticamente sobre mi cuerpo, sentí el empellón, subí la cremallera al mismo tiempo en que chocaba con un costado de la copiadora.
Luna sobre Sol, Sol sobre Luna y yo pensando que se estaban golpeando por mi.
Tu Luna, te dejaste hacer, aún con los senos enormes al aire, Sol te tomó del cabello, acercó tu rostro al suyo y te besó, su mano no trataba de golpearte, te acariciaba de manera salvaje. El resplandor verdoso de la copiadora, mi cara de estúpido y sus gemidos.
Salí asustado, los compañeros de la oficina muertos de risa me tomaban fotos con sus celulares. Los papeles regados en el piso, cerré el cuarto de copiado de un portazo, rojo como estaba, salí como un cometa cruzando la oficina.
Jorge, con lágrimas en los ojos a causa de la risa me gritó --¡Te lo dije, cuidado con Luna y el cuarto de la fotocopiadora!

lunes, 7 de julio de 2008

En la copiadora III

Estrella. Es mi jefa, me mandó a sacar copias y me indicó en dónde está la copiadora.
Al irme acercando con ese alterón de papeles por copiar, percibí tu perfume Luna, un vuelco en el estómago y en dos pasos estaba ante la puerta del cuarto de copiado.
Noté la mirada herida de Sol atravesarme completamente. Entré al cuarto y cerré la puerta. Estaba en penumbras, solo el brillo verdoso que emana de la fotocopiadora.
Estás parada delante de mi, te miro inclinada sobre la copiadora mientras la luz verde ilumina tu rostro y asciende y desciende sobre tus senos desnudos.
No te sorprende el verme, al contrario, sigues sacando copias de tus senos con los pezones recargados sobre el cristal de la máquina, no son tal y como los imaginé, son grandes, pero algo falta, algo que no encuentro.
Te levantas Luna delante de mi, me pides sin palabras que me acerque, tu mano toma mi hombro y tus senos cálidos reposan sobre mi camisa. Sudo, trato de pasar saliva y tu mano palpa debajo de mi cinturón, te arrodillas frente a mi, con una sonrisa maniática en la boca que ya no me parece tan carnosa. Tiemblo.
Sol abre la puerta del cuarto de copiado.

domingo, 6 de julio de 2008

En la copiadora II

Sol. Ella no es precisamente eso, pero es Sol de Soledad no de Sol. Es la primera mujer que platica conmigo en la oficina, ya casi van dos semanas y no podia atreverme a hablarte. Sol te mira con cierta envidia, me pude dar cuenta además por sus comentarios, los cuales simplemente me hacían prestar más atención en ti, Luna.
Sol está amargada, de todo se queja, nada le parece, hoy me invitó un café fuera de la oficina y rozó en varias ocasiones mis piernas; mientras la escuchaba quejarse de lo mal que le ha ido en la vida, con los hombres e incluso me confesó que también le fue mal en una relación con una mujer.
Mientras ella seguía mostrándome su poco escote y sus dientes chuecos, no dejé de pensar en ti. En tus senos hermosamente contenidos en ese brassiere de satén. Bueno, así los imagino. Sol me tomó de la rodilla, me dijo que le gustaba y me dio un beso empapado de saliva. Me quedé sorprendido. Me invitó a su casa.
Me dió el mejor sexo oral que pueda recordar, pero su aroma, su humor no me agradó, huele a podrido, su cuerpo huele así. Por más esfuerzos que hizo, oral y manualmente no pude, no reaccioné.
Me despedí con un beso desganado, con sabor a derrota, ella seguramente se quedó quejándose de mi y de mi impotencia. Yo salgo a la noche y lo primero que veo es la luna que me hace recordarte. En ese momento mi miembro recuperó su vida, te recordó, tus senos, tu color de piel, tu olor que dejas al caminar por el pasillo en donde está mi cubículo. Reaccionó y a punto estuvo de reventar.

miércoles, 2 de julio de 2008

En la copiadora I

Luna. Siempre me gustó ese nombre, me hace soñar, imaginar; desde que era un muchacho me subía a la azotea del edificio y sobre una jaula de tendedero me quedaba las horas mirándola; llena, menguante, nueva (pues buscaba el hueco sin estrellas en el cielo) y creciente y luego llena de nuevo; hasta que los gritos de Pacha me regresaban a la realidad y me regañaba por andarme enfriando. Hoy te conocí, en Luna verdadera, trabajas conmigo en la misma oficina, claro que todavía no me conoces. Llevo una semana y fuiste quien primero atrajo mi atención, principalmente tus hermosos ojos. Naaaa, la verdad me llamaron más la atención tus senos, enormes, morenos, maravillosos.
De inmediato le pregunté a todo mundo sobre ti, bueno, la verdad nomás a Jorge a quien también conocí el primer día. Me dijo que eras Luna y me recomendó que tuviera cuidado contigo, sobre todo si te encontraba a solas en el cuarto de la copiadora.